La sal del Himalaya se obtiene de una mina de sal que se encuentra en Pakistán (una cordillera que se extiende por varios países asiáticos). Se presenta al consumidor en forma de cristales de color rosado para ser molidos en el momento previo de ser utilizada o consumida.
El 98 % de la sal del Himalaya es cloruro de sodio, mientras que el porcentaje restante representa minerales como potasio, magnesio, calcio, fósforo y vanadio.

La sal del Himalaya tiene los mismos usos que la sal de mesa, la cual se utiliza para cocinar, sazonar y conservar los alimentos. Pero, es posible utilizar los bloques de sal del Himalaya como platos para servir, superficies de cocción y tablas de cortar.

Además de sus fines culinarios, es posible utilizarla como sales de baño relajantes y baños minerales que permiten que la piel absorba los minerales del agua. Además, es posible utilizarla como lámparas y candelabros para el hogar.

A diferencia de la sal de mesa, la cual está muy refinada y mezclada con agentes antiaglomerantes como el carbonato de magnesio o el aluminosilicato de sodio, la sal del Himalaya está menos procesada y no contiene aditivos.

La sal del Himalaya ofrece 84 minerales traza beneficiosa. Los minerales traza más importantes en esta sal son los siguientes:

  • Sodio
  • Calcio
  • Magnesio
  • Hierro
  • Potasio

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos de sal por día (que equivalen a 1 cuchara de café de sal fina). Esta recomendación tiene el objetivo de prevenir la hipertensión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en adultos.